Abeja
Bombus terrestris
Linnaeus, 1758
Orden: Hymenoptera
Familia: Apidae
Origen: Nativa
Bombus terrestris
Linnaeus, 1758
Orden
Hymenoptera
Familia
Apidae
Origen
Nativa
DISTRIBUCIÓN
Mundial: Norte de África, Europa y oeste de Asia. Introducido en América, este de Asia y Oceanía.
En Canarias se encuentra representada por la ssp. canariensis Pérez 1895, endémica de las islas. Es más frecuente en medianías del norte de las islas. Por la vertiente sur, se encuentra sobre todo en barrancos profundos, evitando en general las zonas costeras más áridas.
FENOLOGÍA
IDENTIFICACIÓN
Tamaño: 11 - 16 mm (obreras); 15 - 18 mm (machos); 20 - 24 mm (reinas).

Descripción: Es inconfundible por su gran tamaño y voluminoso cuerpo, recubierto de una densa pilosidad negra, salvo en los últimos segmentos abdominales, que es blanca. Las reinas son casi el doble de grandes que las obreras, teniendo los machos un tamaño intermedio. Estos últimos suelen presentar, además, una pequeña banda de pelos amarillos sobre el tórax. Las tibias de las patas posteriores son aplanadas y brillantes, más anchas en las hembras donde forman la corbícula o cestillo para transportar la masa de polen. El vuelo es torpe y pesado, emitiendo un característico y grave zumbido.

Bombus terrestris (hembra), en Pterocephalus lasiospermus. Foto: Gustavo Peña.

Bombus terrestris (macho), en Sideritis soluta. Foto: Gustavo Peña.

PLANTAS VISITADAS

Es una especie generalista, habiéndose registrado visitas a casi un centenar de géneros de plantas de una amplia variedad de familias. Entre las más frecuentemente visitadas se encuentran Fabaceae, como Bituminaria, Chamaecytisus, Adenocarpus o Retama; Asteraceae, como Galactites, Cheirolophus, Carlina, Carduus o Sonchus; y Lamiaceae, como Sideritis, Lavandula o Salvia. También acude asiduamente a plantas de otras familias, como Echium, Pterocephalus, Cistus, Aeonium o Rubus.

CICLO VITAL

Es una especie social, con división de castas y cuidado cooperativo de las larvas. Las reinas fundadoras se instalan en alguna cavidad en el suelo o entre rocas, en lugares sombríos, para construir un nuevo nido. Éste consiste inicialmente en el agrupamiento de un pequeño número de celdas de cera, en cuyo interior se desarrollan las larvas, alimentadas con el néctar y el polen que les proporciona la reina. Estas larvas dan paso a una primera generación de pequeñas obreras que se encargarán de aprovisionar la colonia para alimentar a nuevas larvas, de forma que la reina ya no vuelve a salir del nido y se encarga exclusivamente de poner huevos. La colonia puede crecer hasta alcanzar varios centenares de individuos, incluyendo obreras, machos y nuevas reinas. La colonia termina después de unos meses, cuando muere la reina fundadora. En Canarias es bivoltina, con una generación en otoño y otra en primavera.

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