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En busca de la abeja perdida

El médico lagunero Anatael Cabrera (1868-1943) dedicó gran parte de su vida a la entomología, formando una de las mayores colecciones de insectos de Canarias. Entre esa ingente cantidad de especímenes se encontraba un ejemplar de una especie de abeja desconocida para él, capturada en El Médano en la década de 1930. El insecto descansó durante largos años en una de sus cajas entomológicas, hasta que en 1973, cuando ya habían transcurrido 30 años desde el fallecimiento de Anatael, fue estudiado por un entomólogo alemán especialista en abejas llamado Klaus Warncke (1937-1993). Usando como base el ejemplar capturado por Cabrera -una hembra-, Warncke describió una nueva subespecie endémica de Tenerife de la abeja Melitta aegyptiaca, a la que bautizó como clusia. El último ejemplar conocido de este endemismo fue recolectado escasos años después, en 1978, en la misma localidad de El Médano.

Un ejemplar hembra de Melitta aegyptiaca clusia, capturado por Anatael Cabrera en El Médano en 1934.

Transcurrido casi medio siglo desde el último avistamiento, no ha vuelto a ser encontrada, por lo que cabe la posibilidad de que se haya extinguido definitivamente… pero aún existe un pequeño rayo de esperanza de que algunos ejemplares de esta abeja tan especial sigan todavía volando cada primavera entre las dunas en busca de su alimento predilecto, las flores de corazoncillo (Lotus spp.).

Representación de Melitta aegyptiaca clusia en una flor de su planta predilecta, el corazoncillo. Ilustración: Blanca Martí.

Por esta razón lanzamos un desafío en iNaturalist para volver a encontrarla. El reto consiste en que publiques en esta plataforma de ciencia ciudadana fotografías de polinizadores realizadas entre el 4 y el 25 de abril en cualquier punto de la costa del sur de la isla, desde el Porís de Abona hasta Adeje. El primer premio, consistente en dos pósters de los Polinizadores Endémicos de Canarias, una camiseta, una bolsa de tela y una taza con ilustraciones de M. a. clusia, será para quien consiga encontrar y fotografiar a nuestra abeja perdida. También habrá un segundo premio (dos pósters y una camiseta) y un tercer premio (un póster y una taza) para los participantes que consigan fotografiar el mayor número de especies de polinizadores diferentes ¡Que comience el reto!

Algunos de los premios que podrán recibir los participantes del desafío.

 

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