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Las abejas introducidas

¿Qué ocurre en las islas con las especies introducidas? Las islas oceánicas como el archipiélago canario, presentan una gran vulnerabilidad a las especies introducidas. Algunas de estas especies (entre un 10 y un 15%) se transforman en especies exóticas invasoras y provocan graves impactos en los ecosistemas, siendo la principal causa de extinción en islas. En Canarias se han introducido numerosas especies bien de forma intencionada, como la tunera, o bien de forma accidental como nuevos depredadores (avispa lobo) o parásitos (Varroa).

De igual forma, Canarias destaca por el alto número de especies de abejas introducidas. De hecho, se tiene constancia de la llegada de al menos ocho especies de abejas exóticas. Entre ellas destacan la abeja Xylocopa violacea, detectada en 2013 en Gran Canaria y actualmente establecida casi por toda la isla o el abejorro Bombus ruderatus, detectado en 2005 y a día de hoy extendido por toda la vertiente norte de Tenerife y La Palma.

El abejorro introducido Bombus ruderatus polinizando la planta exótica chícharo de flor (Lathyrus tingitanus). Foto: C. Ruiz

Ocho de 125 especies de abejas conocidas en las islas puede parecer un número no muy elevado, pero la dimensión del problema se pone claramente de manifiesto si se compara con las 23 especies introducidas en toda Europa o las 39 en toda Norteamérica. Con respecto al total de especies, las Islas Canarias tienen una proporción de abejas introducidas al menos 6 veces superior a la de estos dos territorios. Y esta problemática incluso se agrava en otros archipiélagos como Madeira, Azores o Hawái.

¿Y cómo llegan estas especies a Canarias? Pues debido a la globalización y el transporte de mercancías entre las que se encuentras estos polizones no deseados. También el cambio climático favorece el movimiento de especies a zonas donde antes estaban ausentes. Estas abejas exóticas compiten con las abejas nativas por el alimento y las zonas de nidificación. Además, polinizan las especies de plantas introducidas lo que facilita la expansión de estas por el archipiélago y amplifica el impacto sobre las especies canarias. Asimismo, pueden traer nuevos patógenos y enfermedades que pueden afectan de forma severa a las abejas locales poniéndolas al borde de la extinción como ha ocurrido con el abejorro Bombus affinis en Norteamérica. En la actualidad desconocemos el impacto que tienen estas introducciones sobre nuestras abejas canarias, pero no se vislumbra un horizonte muy halagüeño.

Texto: Carlos Ruiz

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