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Huellas fósiles de nidos de abejas en el Cuaternario de Canarias

Durante mucho tiempo los científicos han pensado que las pequeñas estructuras en forma de dedal -conocidas popularmente como «barrilitos»- que se encuentran de forma frecuente en los suelos calcáreos y sedimentarios de las islas orientales, eran restos de antiguos nidos de abejas Anthophora, si bien hubo otros autores que sugirieron que se trataba de ootecas de langostas o de nidos de otros insectos.

El misterio fue definitivamente resuelto gracias al trabajo del icnólogo Jorge F. Genise y colaboradores, quienes aportaron suficientes evidencias que demostraban que la inmensa mayoría de estas celdillas fosilizadas se trataban en realidad de cámaras de pupación de ciertos escarabajos. Entonces, ¿no existen en Canarias fósiles de nidos de abejas? Pues lo cierto es que sí los hay, aunque la primera evidencia documentada no llegó hasta hace unos pocos años, con la publicación de un artículo por parte del experto en himenópteros aculeados canarios Francisco La Roche y colaboradores, liderados por la paleontóloga de la Universidad de La Laguna, Carolina Castillo.

Hasta la fecha se conocen escasos yacimientos de este tipo, en las islas de Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote y La Graciosa, así como en el islote de Montaña Clara. El yacimiento de Gran Canaria es el más antiguo, con una datación aproximada de 400.000 años, mientras que el más reciente es el de Lanzarote, con 3500 años de antigüedad. La mayoría de los yacimientos se encuentran en zonas costeras y, en general, la densidad de nidos es muy alta, lo que sugiere que en el pasado las condiciones ambientales en estas localidades fueron propicias para la proliferación de estas abejas.

Yacimiento con elevada densidad de celdillas de abejas en Fuerteventura. Foto: Francisco La Roche.

Las celdillas de nidificación son de pequeño tamaño (15-20 mm de longitud) y de forma casi cilíndrica, con las paredes internas lisas y brillantes. El extremo posterior es redondeado y el extremo anterior posee -cuando lo conserva- un cierre en forma de espiral cónica. Esta última característica es la principal diferencia con las celdas de pupación de coleópteros, que no poseen ningún tipo de cierre en los extremos. Las celdas de nidificación de las especies de Andrena actuales también poseen ese característico cierre en espiral, así que se cree que las trazas fósiles de Canarias fueron ejecutadas por abejas de este género. Más concretamente se ha sugerido que podrían pertenecer a al menos cinco especies distintas de Andrena.

A la izquierda, corte en una celdilla fosilizada de abeja donde se aprecia el característico cierre en espiral. A la derecha, sección longitudinal de una cámara de pupación de coleóptero, sin cierre en los extremos. Fotos: Gustavo Peña

Referencias:

Genise, J.F., Edwards, N., 2003. Ichnotaxonomy, Origin, and paleoenvironment of Quater-
nary insect cells from Fuerteventura Canary Islands, Spain
. J. Kansas Entomol. Soc. 76
(2), 320–327.

Genise, J.F., Alonso-Zarza, A.M., Verde, M., Meléndez, A., 2013. Insect trace fossils in aeo-
lian deposits and calcretes from the Canary Islands: their ichnotaxonomy, producers,
and palaeoenvironmental significance
.
 Palaeogeogr. Palaeoclimatol. Palaeoecol. 377,
110–124.

La Roche, F., Genise, J.F., Castillo, C., Quesada, M.L., García Gotera, C.M., De la Nuez, J. 2014. Fossil bee cells from the Canary Islands. Ichnotaxonomy, palaeobiology and palaeoenvironments of Palmiraichnus castellanosi. Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology, 409: 249-264.

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