A principios de la década de 1950 se descubrió en los jardines de Santa Cruz de Tenerife una nueva especie de abeja, hasta entonces desconocida en Canarias. Se trataba de Anthidium manicatum, una llamativa abeja de coloración negra y amarilla, que fue involuntariamente introducida probablemente a través del puerto de la capital tinerfeña. Si quieres saber más sobre esta especie potencialmente invasora, descarga nuestra nueva ficha coleccionable.