En nuestro archipiélago canario existe toda una diversidad de formas, colores, tamaños y de tipos de vida en las diferentes especies de abejas.

De izquierda a derecha. Hembra (h), macho (m). Endémico (*). Círculo exterior: Colletes moricei* (m), Amegilla quadrifasciata (m), Lasioglossum viride* (h), Andrena chalcogastra*(m), Megachile canariensis* (h), Nomada bifasciata (m), Thyreus histrionicus (h), Anthophora pulverosa* (h). Circulo interior: Nomioides fortunatus* (m), Lasioglossum arctifrons* (h), Lasioglossum loetum* (h), Hylaeus canariensis* (m), Ceylalictus variegatus (h). Foto: Abejas de Canarias (c)

La coloración y forma de nuestras abejas es altamente variable, desde abejas verdes o rojas metalizadas, a marrones u otras completamente negras. Algunas son peludas, mientras que otras prácticamente carecen de pilosidad. Hay especies con combinaciones de colores: pelirrojas, rubias o canosas con rallas en el abdomen, abejas elegantes vestidas de blanco y negro, hasta incluso abejas con combinaciones de rojo o amarillo con negro que mas recuerdan a una avispa que a una abeja.

La variación de tamaño también es tan descomunal que va desde la minúscula abeja endémica Nomioides fortunatus, de unos 3 mm hasta una imponente reina de abejón de culo blanco o la introducida abeja carpintera Xylocopa violácea.

Comparación de tamaño entre una hembra de Nomioides fortunatus y una reina de abejón de culo blanco (Bombus terrestris canariensis). Foto: Abejas de Canarias (c)

Finalmente, nuestras abejas muestran una diversidad espectacular de formas de vida. Existen especies sociales como el abejón de culo blanco o la abeja de la miel, especies solitarias o incluso abejas cuco que parasitan a otras especies. Las hay que anidan bajo tierra, como las abejas mineras o los halíctidos. Otras en cambio anidan en cavidades como huecos en las rocas o en madera, madrigueras de ratones abandonadas, o incluso algunas anidan en conchas de caracoles. También existe una gran variedad respecto al número de especies de plantas a las que polinizan, algunas especies son generalistas y visitan una enorme diversidad de las plantas de nuestro archipiélago como Anthophora alluaudi o el abejón de culo blanco, y otras especies en cambio se han especializado en una única o unas pocas especies de plantas como la Anthophora pulverosa.

Esta enorme diversidad en formas, tamaños y funciones, permite que distintos tipos de abejas polinicen la gran variedad de plantas nativas y cultivadas que tenemos en nuestras islas, por lo que su protección y conservación es clave para la supervivencia de nuestros bosques y la productividad de nuestros cultivos.

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